Editorial: Europa Ediciones
Precio: € 12,90
Género: Narrativa
Colección: Edificar Universos
Páginas: 60
Idioma: español
EAN: 9788855085595
TÍTULO DESCATALOGADO
…su vida era un estrés continuo, un estrés provocado por ella misma,
nadie le pedía que hiciera más de lo que cualquier hija, hermana, madre o
amiga pudiera hacer, ¡nadie! Pero «no podía remediarlo»
Katy es madre de dos hijos y esposa aparentemente feliz, a quien un buen día empiezan a suceder cosas que nunca antes podría haber imaginado. Y es que, en ocasiones, la vida interior de cada persona comienza a convertirse en algo inexplicable, sobre todo cuando uno pertenece a ese grupo de personas que vive con una gran carga emocional los problemas cotidianos. Para Katy como para el resto de su familia, la intervención milagrosa de la Psicología sería la clave definitiva.
Narrada inicialmente como una historia familiar, ¿Y si aprendemos a ser felices? nos habla de los «y si», esos pequeños diablillos que, siempre en clave de futuro, suelen acabar rondándonos constantemente la cabeza y juegan con nuestras emociones con el fin de desestabilizarnos, para hacernos ver erróneamente que la vida se mide en términos absolutos o dicho de otro modo, para hacernos pensar que entre el blanco y el negro, no existe el gris. ¿Hay forma de evitarlos? Sí, y de las herramientas adecuadas para ello nos habla este libro.
Virginia Godoy Zafra es Licenciada en Psicología y ejerce como tal en Psindra, un centro privado de psicología situado en Algeciras (España). Actualmente también imparte clases en el Departamento de Psicología del Centro de Magisterio Virgen de Europa de la Línea de la Concepción, adscrito a la Universidad de Cádiz. Apasionada de la lectura y sobre todo de la escritura, de niña tenía claro que quería ser psicóloga o periodista, pero por circunstancias de la vida estudió psicología y calmó su faceta periodística a través de la escritura. Anterior a ¿Y si aprendemos a ser felices?, ha publicado el cuento titulado Lúa, la perrita que siempre sonreía, cuyos beneficios fueron donados íntegramente a una asociación que ayuda a los niños enfermos de cáncer de la comarca donde reside.